ARTÍCULOS ESPECIALES

LAS BASES DEL MASAJE TAILANDÉS

El masaje tailandés ha tenido una estrecha vinculación con el yoga desde sus inicios. En este artículo veremos una breve introducción a su historia, su praxis, y su parentesco con las asanas y el ayurveda. Por curioso que pueda parecer, el masaje tradicional tailandés, o Nuad Boran, o nuat bo rarn, no tiene su origen en Tailandia, sino en la India.

Efectivamente, hace unos 2.500 años, en la región que hoy comprende el Norte de India y la frontera con Nepal, nace el hombre que luego se convertiría en todo un ícono de la medicina thai: estamos hablando del Dr. Shivago Komarpaj.

Este hombre, que fue abandonado por sus padres biológicos y adoptado por un príncipe, decidió alejarse de la comodidad del palacio para pasar 7 años estudiando medicina con su gurú.

Luego de este período tuvo la oportunidad de hacer sus primeras prácticas, y resultó ser tan talentoso que en poco tiempo cobró gran renombre. Tal es así que se convirtió en el médico oficial del mismo Siddharta Gautama: el Buda histórico.

Ocho siglos más tarde, los discípulos de Shivago, que habían recibido tanto formación religiosa como médica, deciden esparcir la palabra de Buda fuera de la India. Esto los llevó por la ruta de seda hacia Camboya, Birmania, Tailandia y China entre otros destinos.




De esta manera, surge una nueva forma de masaje que combina las posturas del hata yoga (que ahora serán pasivos, de ahí que se llame al masaje thai "yoga para perezosos") con la digitopuntura heredada de la terapia marma hindú y la medicina tradicional china.

El objetivo de esta nueva forma de masaje era el devolver movilidad y fortaleza al cuerpo, para poder continuar con las rutinas de meditación y construcción de templos. Muy pronto esta técnica trascendió las fronteras de los templos para formar parte integral de la medicina del pueblo y de la realeza.

El masaje thai llega a nuestros días manteniéndose como pilar fundamental de la medicina tradicional. Su objetivo es, en esencia, desbloquear los canales de energía (líneas sen), de manera que todas las funciones físicas, psíquicas y emocionales del individuo se reequilibren como resultado de la terapia. Para este fin, se vale de presiones palmares, digitales, con los codos, rodillas, y hasta con los pies.

Los movimientos del yoga asistido estiran las fascias de los músculos, y con ellas, los canales de energía. Las presiones rítmicas con los dedos, palmas y el resto del cuerpo, agregan un estímulo adicional que, en conjunto, dan como resultado una especie de danza meditativa capaz de imbuir un estado de paz tanto en el receptor como en el terapeuta.

Para la sesión solo se precisa una colchoneta o futón en el suelo, no se necesitan aceites, camillas, ni ningún tipo de complementos. Tampoco es necesario que el cliente se desvista dado que todas las manipulaciones se efectúan sobre la ropa.

Una sesión típica suele durar entre una y dos horas, y su efecto es verdaderamente único. Recibir un masaje completo deja a uno con un estado de estimulación y relajación a la vez, y su poder terapéutico suele seguir activo durante varios días.

Si bien se habla de la "dureza" del masaje tailandés, cabe resaltar que la calidad del masaje siempre está unida a la sensibilidad y el tacto del terapeuta. Por ello, es menester acudir a un masajista experimentado a efectos de percibir los beneficios de esta ancestral técnica.

Realmente, no resulta difícil deducir cómo es que este tipo de masaje ha sobrevivido más de 25 siglos. Su toque nos ha llenado de admiración a los occidentales de hace algunas décadas, al haber vislumbrado rastros, tanto de sus posibilidades terapéuticas, como de su sacralidad. Y lo podemos ver ya desde el nombre: "nuad" que significa "tocar con intención de sanar" en pali, y "boran" remite al sánskrito "purana", literalmente "antiguo", pero que refiere a las antiguas historias sagradas de los dioses.

Con el auge del yoga y la medicina alternativa, el masaje thai ha venido ganando innumerables adeptos en los últimos años. La necesidad de volver a lo natural y alejarse de la velocidad cotidiana y el estrés, ha convertido a esta técnica en una solución viable, susceptible de ofrecer una mejor calidad de vida tanto al que lo recibe, como al que lo ofrece. Por todo esto el masaje tradicinal tailandés fue, es, y seguirá siendo, una perla dentro de las técnicas de sanación de Asia, y del mundo.



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